
Camina el jefe del pueblo
después de beber café.
Y una voz que no se ve,
grita al oído:
-Mire, jefe, que hay un hombre
que allí está herido.
-Lo sé.
Camina el jefe del pueblo
después de beber café.
Y vuelve la voz y dice:
-Jefe, que un hombre no ve;
tiene llanto entre los ojos,
y tiene plomo en los pies.
-Lo sé.
Sigue caminando el jefe
después de beber café.
Y la misma voz le grita:
-Murió un hombre allí de sed.
¿Qué haremos, ahora, jefe?
-Que haga pronto el hoyo usted.
Y el jefe sigue su rumbo,
pero también
el jefe sigue pensando...
Piensa sólo a qué hora es
la otra taza
de café...
Manuel del Cabral
3 comentarios:
Estos jefes que olvidaron cumplir su función, se quedaron sólo con las menudeces y dejaron a un lado la responsabilidad de su poder.
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! de visita después de tantos meses, veo cambios que le sientan muy bien al blog.
Saludos :-)
Rebeca y Romairys, Sabían ustedes que yo las leo diario a ustedes?Entradas pasadas y cuando no postean me preocupo.Y que les habrá pasado que no escriben? Las quiero a las dos! =p
Rooomayris! No te pierdas así!
Y gracias por piropear el blog.Un halago viniendo de ti!
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